lunes, 17 de noviembre de 2014

Árboles mejoran síntomas de fibromialgia

Los paseos por bosques con árboles centenarios mejoran el dolor y combaten el insomnio en pacientes de fibromialgia, según ha confirmado un estudio médico realizado en Girona.

La fibromialgia es un trastorno que causa dolores musculares y fatiga. Las personas con fibromialgia tienen “puntos hipersensibles” en el cuerpo. Estos se encuentran en áreas como: el cuello, los hombros, la espalda, las caderas, los brazos y las piernas. Los puntos hipersensibles duelen al presionarlos.
¿Quién padece de fibromialgia?
Esta enfermedad afecta a entre el 2 y el 8 por ciento de la población y hasta el momento, no se ha desarrollado un fármaco capaz de controlar las molestias. Entre el 80 y 90 por ciento de las personas a las que les diagnostican fibromialgia son mujeres. Sin embargo, los hombres y los niños también pueden tener el trastorno. La mayoría de los casos se diagnostican a una edad madura.
La buena noticia
Profesionales del Instituto de Asistencia Sanitaria del Hospital Josep Trueta, coordinados por el neurólogo Secundino López, han apreciado mejoras entre los enfermos que realizan un ejercicio moderado en los denominados bosques terapéuticos.
El estudio se ha llevado a cabo en el municipio de Olot con treinta mujeres de la Asociación de Fatiga Crónica y Fibromialgia de la Garrotxa, que evidenciaron una mejoría respecto al punto de partida con relación al dolor intenso, los días sin síntomas y los de insomnio.
La Diputación de Girona ha financiado esta investigación, durante la cual las pacientes se dividieron en dos grupos: unas pasearon por un bosque joven y otro grupo entre árboles centenarios.
Las que caminaron por el primero de estos espacios valoraron en menor medida la relajación percibida durante la actividad, mientras que las que lo hicieron por el segundo experimentaron una mayor mejoría.
El doctor Secundino López ha destacado que las mujeres que caminaron por el bosque maduro experimentaron una “mejoría significativa del dolor, aumentaron los días libres de enfermedad y también disminuyeron los de insomnio”.
Esta enfermedad afecta a entre el 2 y el 8 por ciento de la población, principalmente a mujeres, y, hasta el momento, no se ha desarrollado un fármaco capaz de controlar las molestias que sufren.
Las personas que padecen de fibromialgia pueden también tener otros síntomas, tales como:
• Dificultad para dormir
• Rigidez por la mañana
• Dolores de cabeza
• Periodos menstruales dolorosos
• Sensación de hormigueo o adormecimiento en las manos y los pies
• Falta de memoria o dificultad para concentrarse
Una de las mujeres que ha tomado parte en el estudio es Josefina Prat, quien ha calificado la experiencia de “gratificante” y ha detallado que tanto ella como sus compañeras se siente “muy relajadas” al término de cada caminata.
“Parece como si estuviésemos flotando como si volásemos, porque nuestro estado habitual es el de sentirnos muy cansadas”, ha relatado Prat.
La vida en la ciudad produce trastornos de todo tipo en nuestros cuerpos. Las urbes están llenas de MAYA, un concepto del yoga que significa ilusión irreal, pasión negativa.
La búsqueda de la energía vital o PRANA (otro termino del yoga) esta demostrado que produce beneficios físicos y mentales. Al parecer esta energía está en la naturaleza. Entonces solo queda un camino: ¡el que nos lleva a los bosques!
Robert Blasi
Redacción

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lunes, 3 de noviembre de 2014

Las granjas éticas y su vuelta a los orígenes

En los últimos años la conciencia por el sufrimiento animal y sus derechos ha aumentado tanto que se podría decir que está “de moda”. Cada vez más gente muestra su preocupación y voluntad de cambio frente a un modelo impuesto que a muchos les parece éticamente reprobable.

Pero cuesta mucho cambiar un estilo de vida y no todo el mundo se ve capaz de hacerse vegetariano o incluso vegano, un paso más en esta filosofía que defiende un modo distinto de relacionarse con nuestro entorno y que, aunque suele hacer referencia específica a las personas con no comen ningún producto de origen animal, los que se definen así defienden que es mucho más que eso.
Para los que no se sienten con la voluntad suficiente de modificar su dieta, o no se lo puede permitir, desde Estados Unidos llega el movimiento de las Granjas Éticas. El concepto sería garantizar la calidad de vida de los animales mediante una vida al aire libre, ejercicio, cariño y alimentación natural. Y por supuesto una muerte digna.
Estas granjas también cultivan frutas y vegetales con el mismo concepto ecológico: sin fertilizantes químicos ni modificaciones genéticas. A la antigua usanza, respetando las características de las estaciones y las necesidades de la tierra y sus frutos, pero usando las nuevas tecnologías y los conocimientos actuales después de una correcta investigación.
“Mantener una granja como esta requiere mucho conocimiento y una constante reeducación” dice Alice Skipton, co-fundadora y directora de Heyday Farm. En estos centros promueven, además, las visitas para que la gente pueda experimentar la típica vida de campo, interaccionar con los animales y probar alimentos elaborados con los productos resultantes.
Uno de los mayores promotores de este movimiento es Ethical Farms.Org, una organización sin ánimo de lucro que trabaja para el surgimiento y mantenimiento de estas instalaciones “pequeñas y familiares que promuevan alternativas humanas al abuso de los animales”, escriben en su web. Según explican “creemos que hay una manera moderada y sostenible de consumir menos productos animales y a través de una creciente sensibilización pública, creemos que representamos a una nación (Estados Unidos) que no perdona el abuso masivo de las granjas industriales”.
Esta agrupación está en contra de la forma en la que se trata a los animales en las granjas convencionales, lugares en los que los animales viven en condiciones insalubres, se les administra antibióticos indiscriminadamente para tratar las constantes heridas e infecciones que sufren consecuencia las lesiones autoinfligidas y del hacinamiento en el que viven.
También, son alimentados con comida transgénica que les hace crecer y engordar más rápido de lo habitual, con frecuencia hasta límites antinaturales. Aunque la peor parte es saber que muchos animales son torturados en el proceso de la matanza e incluso defienden que en ocasiones son mutilados o despellejados mientras aún están vivos.
Este movimiento entra en conflicto directo con el del veganismo, que defiende que el consumo de productos animales nunca será ético porque produce sufrimiento animal al ser sacrificados a edades tempranas y el ser humano, al fin y al cabo, es capaz de subsistir sin consumir su carne ni derivados. Además, estudios recientes apuntaban que las vacas son las mayores productoras de gases invernadero, y por tanto, causantes directas del calentamiento global. La producción masiva de estos animales para el consumo humano es el origen de este curiosa e inesperada situación.
Sea como sea, existe un movimiento creciente de vuelta a los orígenes. La vida moderna, con su estrés y la impersonalización de la globalización, que se traduce en grandes superficies alimenticias y macroempresas de las cuales desconocemos los métodos de producción. Internet tiene, como siempre, su parte de culpa en esto. Ya no resulta tan fácil esconder verdades incómodas y malas prácticas. Es el ciudadano de a pie el que tiene la sartén por el mango y reclama un mundo más justo, más ético, más equilibrado.
Pequeños proyectos como este demuestra que esas preocupaciones no son aisladas, si no colectivas. La suma paulatina de más y más gente los acaba convirtiendo en movimientos poderosos que hacen de nuestro mundo, un lugar más habitable.
Ana Sánchez
Redacción

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