HERBICIDAS: NO EN MI PUEBLO


QUE PUEDES ENCONTRAR EN ESTA PÁGINA

  • La justicia europea obliga a publicar los estudios sobre el glifosato que se declararon secretos
  • Contra el uso abusivo de herbicidas
  • Manifiesto de la Plataforma contra el uso abusivo de herbicidas
  • La OMS eleva el riesgo de cáncer del herbicida más popular, ¿cómo se usa el glifosato en España?
  • Toxicología del Glifosato: Riesgos para la salud humana





La justicia europea obliga a publicar los estudios sobre el glifosato que se declararon secretos
El Tribunal General de la Unión Europea ha obligado a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) a publicar los estudios que le sirvieron para asegurar que el herbicida glifosato no suponía peligro de generar cáncer en los humanos.

La EFSA rebatió en noviembre de 2015 el aviso del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) de la ONU sobre el potencial cancerígeno del glifosato –el herbicida más aplicado en la Unión Europea–. La Agencia aseguró que “probablemente no presenta ningún riesgo”. Y basó su decisión, entre otros, en estudios presentados por las comercializadoras que mantuvo archivados, según recoge Raúl Rejón en eldiario.es.

Ahora los magistrados anulan las resoluciones que denegaron el acceso público a los documentos solicitado por algunos particulares y eurodiputados. La EFSA adujo que facilitar esos estudios “supondría un perjuicio serio para los intereses comerciales y financieros de las empresas”, que esta información “no era necesaria para verificar la evaluación científica de los riesgos” y que “no existía un interés público superior que justificase la divulgación”. El Tribunal ha tumbado estas razones.

El fallo ha establecido que “reviste un interés público superior con respecto al interés basado en la protección de intereses comerciales de una persona física o jurídica, de modo que la protección de dichos intereses comerciales no puede ser invocada frente a la divulgación de esta información”. Y añade que “el público debe tener acceso, no solo a la información sobre las emisiones como tal sino también a las consecuencias a más o menos largo plazo”.


Este fallo ordena a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) “la divulgación de todos los estudios solicitados” y el acceso a las partes “material, condiciones de ensayo y métodos” y «resultados y análisis» de los análisis. La Agencia puede recurrir esta resolución ante el Tribunal de Justicia dentro de los plazos previstos.

Contra el uso abusivo de herbicidas


En los últimos años el uso de herbicidas para “limpiar” las malas hierbas en los cultivos agrícolas, cunetas de las carreteras, parques públicos y jardines se ha generalizado.

Recuerdo, paseando por el campo, la algarabía de los pájaros y la típica imagen de los tractores seguidos por garzas blancas y pájaros. Efectivamente son recuerdos. El Grifosato, el herbicida más utilizado, tiene un efecto inmediato en los insectos, acabando con el alimento de las aves. La desaparición de las abejas y la disminución de especies de aves ligadas al medio agrícola han sido efectos, de esta política agrícola que se han podido constatar con gran rapidez.

Los efectos de los herbicidas no sólo afectan a las aves, afectan al ganado (malformaciones), especies cinegéticas (liebres, perdices), animales silvestres y por supuesto a los medios acuáticos, a los ríos y aguas subterráneas. Podríamos afirmar que estamos envenenando la naturaleza y por tanto envenenándonos a nosotros mismos.

A pesar que la normativa europea aconseja limitar su uso en medios no agrarios y de que la ley aprobada en nuestro país en Septiembre de 2012 establece una serie de prohibiciones (distancia de seguridad, días en los que se puede fumigar) los herbicidas se usan bastante indiscriminadamente en nuestros municipios para “limpiar” de malas hierbas parques públicos, cunetas de carreteras y jardines poniendo en peligro la salud de los ciudadanos.

Cada vez somos más los ciudadanos conscientes de los peligros para el medio ambiente y para nuestra salud del uso abusivo de los herbicidas. 

La Plataforma contra el uso abusivo de herbicidas de Guadalajara, se ha creado a partir de personas que vienen de diversos colectivos(colectivos de agricultores, ganaderos, ecologistas, apicultores,…) a los que les preocupa el uso actual de herbicidas en nuestro entorno.

Desde Campiña Verde y en apoyo a la Plataforma publicamos su manifiesto contra el uso abusivo de herbicidas:

MANIFIESTO DE LA PLATAFORMA CONTRA EL USO ABUSIVO DE HERBICIDAS

En los últimos años venimos observando como el uso de métodos tradicionales para combatir las mal llamadas “malas hierbas”, se ha sustituido por los herbicidas, tanto en terrenos agrícolas como en cunetas, zonas urbanas y parques, sin ser conscientes de las consecuencias del uso y abuso de estas sustancias.

La plataforma surge por las sucesivas quejas de personas afectadas y sensibilizadas, entre las que se encuentran agricultores, ganaderos, apicultores, ecologistas, cazadores, consumidores y ciudadanos en general. Ante la falta de atención por parte de las administraciones regional, provincial y local, diferentes colectivos de la sociedad deciden unificar criterios para hacer frente común y exigir el cumplimiento y finalmente la revisión de la normativa de aplicación de dichos herbicidas tanto en su uso agrícola como en el no agrario (Real Decreto 1311/2012, de 14 de Septiembre, por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios, que desarrolla la Directiva 2009/128/CE del Parlamento Europeo y del Consejo).

En la actualidad los herbicidas basados en el compuesto glifosato son los más vendidos y su uso crece exponencialmente en todo el mundo, debido entre otras causas, a la clasificación como “de menor riesgo toxicológico (clase IV)” que de ellos hicieron la Agencia de Protección Ambiental y la Organización Mundial de la Salud.

Hasta el momento, los pocos estudios que analizaban los efectos toxicológicos del glifosato, eran los encargados y realizados por científicos al servicio de la propia industria agroquímica, basados en las consecuencias inmediatas derivadas del contacto directo con el producto y las resultantes a corto plazo, sin tener en cuenta los efectos de las mezclas con otras sustancias, y su comportamiento en las complejas redes ecosistémicas. Más recientemente, varios estudios contradicen su supuesta inocuidad tanto para el ser humano como para el medioambiente. Estas investigaciones revelan la aparición de tumores, malformaciones en fetos, trastornos reproductivos y lesiones glandulares -entre otras- en humanos y animales domésticos, como consecuencia del uso de este compuesto y no sólo debidos al principio activo, sino también (y principalmente) a las sustancias utilizadas como aditivos. A estos graves problemas en la salud humana, hay que sumar la importante desaparición de diversidad biológica y paisajística, siendo nefastas las consecuencias sobre anfibios, la simplificación de las comunidades vegetales de flora arvense, contaminación de aguas subterráneas y superficiales, y el alarmante declive de especies de aves, reptiles y mamíferos ligados al medio agrícola, bien sea por intoxicación directa, por pérdida de alimento disponible, o por falta de refugio en márgenes y linderos. Al margen de dichos estudios, varios miembros de la plataforma sufren de forma directa las consecuencias del uso de estos herbicidas, en ganado, abejas, animales domésticos y especies cinegéticas.

Remitiéndonos a lo anteriormente expuesto, las agrupaciones, entidades y ciudadanos que conforman esta plataforma, exigimos la prohibición del uso herbicidas basados en glifosato en zonas no agrícolas, y la revisión de la normativa vigente para su uso agrario. En tanto en cuanto esta normativa no sea revisada y basándonos en el principio de precaución, proponemos el uso de otros métodos no químicos para el control del crecimiento de la vegetación natural. Del mismo modo, exigimos a la Administración que promueva con información y comunicados los efectos secundarios de estos productos y la necesidad de controlar su uso para la seguridad de todos, empezando por los propios agricultores.

Conforman la Plataforma:



  • WWF Grupo Guadalajara, 
  • Unión de Pequeños Agricultores (UPA), 
  • Campiña Verde, 
  • Rincón Lento, 
  • Tienda de productos ecológicos La Alcarruela, 
  • Unión General de trabajadores (UGT), 
  • Bajo el asfalto está la huerta (BAH), 
  • Asociación para la recuperación del bosque autóctono (ARBA), 
  • Comisiones Obreras (CCOO), 
  • Centro Social Octubre, 
  • Asociación Naturalista Calandria, 
  • Ecologistas en Acción de Guadalajara, 
  • Comisión de Medio Ambiente de Sotolargo (CMAS), 
  • Grupo de Consumo “Las Castillas”, 
  • Izquierda Unida El Casar, 
  • RedMontañas, 
  • Pobladores Rurales de Guadalajara, 
  • Grupo de Consumo Alkhalachofa 
  • y a título individual pastores, agricultores, cazadores y vecinos de diferentes municipios.

AGENDA


  • Viernes 18 de septiembre: reunión en El Rincón Lento, (19.00h)
OTRAS NOTICIAS


La OMS eleva el riesgo de cáncer del herbicida más popular, ¿cómo se usa el glifosato en España?

Es el herbicida más popular del mundo, se llama glifosato y se utiliza ampliamente en agricultura y para el control de maleza en entornos urbanos. La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, en sus siglas en inglés), dependiente de la OMS, acaba de anunciar que este producto "probablemente es cancerígeno para humanos", introduciendolo en los productos y acciones de riesgo 2A (probablemente cancerígeno). 

La multinacional Monsanto, que lo patentó y es la que más lo vende, ha criticado duramente esta nueva categorización y ha exigido su retirada. Los grupos ecologistas celebran la decisión y recuerdan que llevan años denunciando que este pesticida tiene importantes efectos en la salud y el medio ambiente. 

¿Qué es el glifosato? Es el herbicida más vendido del mundo y el principio activo de la marca comercial Roundup. Según los ecologistas el volumen de ventas de este producto es equiparable al de la cocacola en el mercado de los refrescos. Se empezó a fabricar en los años sesenta para matar las llamadas "malas hierbas" de los cultivos agrícolas y su uso se extendió sobre todo en los cultivos transgénicos de soja, maíz y algodón. También se utiliza en el medio urbano para la eliminación de maleza en solares, parques, cunetas y vías del tren. A nivel particular también sirve para la fumigación de parcelas, jardines y huertos. 

¿Cómo se utiliza en España? En España se autorizó su uso en el año 1974 por su gran efectividad contra todo tipo de hierbas. Al glifosato, de hecho, se le conoce como el herbicida total. En los cultivos agrarios se extendió por el ahorro económico que suponía la reducción de labores mecánicas. Fuera del uso agrario, las administraciones públicas lo utilizan para mantener los márgenes de las carreteras y las líneas de ferrocarril libres de vegetación al considerar que esta solución "permite conseguir unos óptimos resultados tanto desde un punto de vista técnico como económico". Los Ayuntamientos lo echan también para controlar la maleza en solares, parques, jardines y cunetas. El uso generalizado de este producto motivó en 2009 la aprobación de una directiva europea, que se aplica en España en virtud de un reglamento de 2012, cuya filosofía subyacente es la de potenciar el control de los herbicidas y avanzar hacia la reducción de su uso. La norma española, siguiendo la europea, plantea por ejemplo restricciones de este fitosanitario en zonas de acuíferos y limita su utilización en espacios frecuentados por el público en general, como campos de deporte, jardines públicos, recintos escolares y las cercanías de los centros médicos. 

Obliga, además, a detallar qué producto se fumiga, a restringir el acceso por unas horas en la zona, al manejo de la sustancia por personal cualificado y equipado correctamente y a no proceder a su utilización en condiciones climáticas adversas, como en días con viento. En España se aprobó un Plan de Acción Nacional para llevar a cabo el control de la utilización de fitosanitarios, que según las entidades ecologistas no está cumpliendo su labor de vigilancia, produciéndose fumigaciones con glifosato de forma inadecuada. 

¿Qué supone la decisión de la OMS? La agencia que investiga el cáncer (IARC) ha revisado los estudios realizados sobre el glifosato para concluir, en un informe publicado este mes en la revista The Lancet, que "hay pruebas convincentes de que el glifosato puede causar cáncer en animales de laboratorio y hay pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos (linfoma no Hodgkin)". 

Por ese motivo han recalificado su peligrosidad y ha incluido a este agente en el grupo 2A como "probablemente cancerígeno". La agencia internacional es la encargada de determinar para la OMS si en un producto o práctica hay indicios de que, en algunos presupuestos, pueda causarse el cáncer. Sin embargo, este organismo no tiene efecto directo en la regulación de los usos , que queda en manos de las administraciones nacionales. La legislación española autoriza el uso del glifosato, siguiendo la norma europea. 

La UE no considera este producto peligroso "ni para los seres humanos ni para el medio ambiente". Los grupos ecologistas confían en que la decisión de la OMS de revisar la literatura científica y elevar el riesgo del glifosato tenga repercusión en futuras regulaciones europeas. 

¿Qué dicen los productores? La reacción de la industria fabricante del glifosato criticando la decisión de la agencia de la OMS no se ha hecho esperar. La multinacional Monsanto, principal productora de este herbicida, emitió un comunicado que aloja en su web en el que asegura que su grupo especial de trabajo "no acepta la clasificación reciente del glifosato de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer como un carcinógeno del Grupo 2A. La evaluación que ha producido este resultado presenta defectos graves en lo que se refiere a su enfoque metodológico", añade. En su opinión, el hecho de que se trate de una revisión de estudios previos y no de una nueva investigación es lo que limita las conclusiones alcanzadas. Para Monsanto "las evaluaciones realizadas por las autoridades regulatorias en todo el mundo durante los últimos 40 años han confirmado que el glifosato no representa riesgos inaceptables para los seres humanos, los animales o el medio ambiente". Asimismo, consideran poco serio que en el mismo grupo de riesgo en el que acaba de entrar el glifosato, el 2A, se incluya el trabajo de peluquero, por el uso continuado de tintes. Las empresas agroquímicas tampoco están de acuerdo con la decisión de la agencia que investiga el cáncer para la OMS. 

¿Quién se opone a su uso en España y por qué? Las asociaciones de ecologistas, como Greenpeace, Amigos de la Tierra o Ecologistas en Acción, han concentrado sus esfuerzos en demandar límites al uso no agrario del glifosato en España. Sus expertos critican el actual uso masivo de este herbicida "a nuestro alrededor, en parques, jardines, huertas, cunetas de carreteras y caminos" y lo consideran una amenaza "por su alta toxicidad". Las organizaciones ambientalists están llevando a cabo en los últimos años campañas de información y presión para que, sobre todo, la administración pública deje de utilizar el herbicida que consideran "peligroso" para la salud y para el medio ambiente. "Nos encontramos con que como está permitido, las administraciones son reticentes a dejar de usarlo, pero la población es cada vez más consciente de los riesgos que implica", indica Nacho Escartín, de Ecologistas en Acción. "Yo no digo que el glifosato cause cáncer directamente, pero está comprobado que provoca alteraciones hormonales que hacen que uno pueda estar más expuesto al cáncer", asegura. Recientemente han surgido de manera local varias plataformas anti herbicidas. Es el caso de Guadalajara, Madrid o Canarias. Estos grupos informan de la legislación sobre el uso de los productos, denuncian fumigaciones incontroladas en la vía pública e intentan convencer a los Ayuntamientos de su incorporación a la red de localidades libres de herbicidas. Las plataformas proponen a su vez alternativas para el control de plagas y hierbas con métodos no químicos. Y denuncian la ineficacia de las administraciones regionales a la hora de controlar las fumigaciones. El procurador del común de Castilla y León, un cargo semejante al defensor del pueblo, también ha emitido un informe en el que solicita a la consejería de Medio Ambiente que se valore la erradicación total de la utilización de herbicidas "cuyo componente principal sea el glifosato" para la limpieza de las márgenes de carreteras de titularidad autonómica y por los espacios naturales declarados protegidos, así como que se minimice su uso a nivel municipal en zonas de libre acceso de los ciudadanos. 

¿Qué alternativas proponen los ecologistas? Para sustituir el uso de herbicidas en el espacio público" se podrían diseñar suelos tapizados con vegetación natural y controlarla mediante siega. Para el control de la vegetación natural en la cuneta de carreteras, la solución que ya se usa en muy buena parte de nuestra red viaria es el desbrozado". A su juicio, el mantenimiento debe ser preventivo, vigilando las zonas ajardinadas para evitar la aparición de zonas degradadas.




Toxicología del Glifosato: Riesgos para la salud humana 

El presente artículo pasa revista a los riesgos que esa sustancia conlleva para la salud humana (toxicidad, efectos cancerígenos y reproductivos, acción mutagénica y contaminación de alimentos), al tiempo que alerta sobre las debilidades en los sistemas nacionales que regulan sobre la bio-seguridad.

Los herbicidas más comercializados en la República Argentina incorporan dentro de su fórmula al glifosato, en razón de que algunos cultivos transgénicos, como la soja por ejemplo, están manipulados genéticamente para desarrollar una resistencia a esa sustancia química. El presente artículo pasa revista a los riesgos que esa sustancia conlleva para la salud humana (toxicidad, efectos cancerígenos y reproductivos, acción mutagénica y contaminación de alimentos), al tiempo que alerta sobre las debilidades en los sistemas nacionales que regulan sobre la bio-seguridad.

Glifosato y herbicidas compuestos:

Los argentinos deberemos enfrentar durante las próximas décadas las consecuencias de haber convertido al glifosato en el herbicida más vendido y utilizado en el país. Recientes estudios toxicológicos conducidos por instituciones científicas independientes parecen indicar que el glifosato ha sido erróneamente calificado como "toxicológicamente benigno", tanto a nivel sanitario como ambiental. Por ende, losherbicidas en base a glifosato pueden ser altamente tóxicos para animales y humanos. Estudios de toxicidad revelaron efectos adversos en todas las categorías estandarizadas de pruebas toxicológicas de laboratorio en la mayoría de las dosis ensayadas: toxicidad subaguda (lesiones en glándulas salivales), toxicidad crónica (inflamación gástrica), daños genéticos (en células sanguíneas humanas), trastornos reproductivos (recuento espermático disminuido en ratas; aumento de la frecuencia de anomalías espermáticas en conejos), y carcinogénesis (aumento de la frecuencia de tumores hepáticos en ratas macho y de cáncer tiroideo en hembras).

A nivel eco-tóxico-epidemiológico, la situación se ve agravada no sólo porque son pocos los laboratorios en el mundo que poseen el equipamiento y las técnicas necesarios para evaluar los impactos del glifosato sobre la salud humana y el medioambiente. También porque los que inicialmente realizaron en EE.UU. los estudios toxicológicos requeridos oficialmente para el registro y aprobación de este herbicida, han sido procesados legalmente por el delito de prácticas fraudulentas tales como falsificación rutinaria de datos y omisión de informes sobre incontables defunciones de ratas y cobayos, falsificación de estudios mediante alteración de anotaciones de registros de laboratorio y manipulación manual de equipamiento científico para que éste brindara resultados falsos. Esto significa que la información existente respecto de la concentración residual de glifosato en alimentos y el medio ambiente no sólo podría ser poco confiable, sino que además es sumamente escasa.

Ante la inminente universalización de un sistema de tratamiento pesticida basado en una única sustancia cuyos impactos tóxicológicos y ecológicos parecen no haber sido evaluados con la profundidad y el rigor suficientes, se hace evidente la urgencia de multiplicar localmente estudios toxicológicos a mediano y largo plazo y dosajes y bio-ensayos en aguas y suelos de nuestra región pampeana, no sólo con respecto al principio activo y el producto tal como sale a la venta, sino también sobre cada uno de los coadyuvantes.
 
El glifosato, N-(fosfonometil) glicina, es un herbicida de amplio espectro, no selectivo, utilizado para eliminar malezas indeseables (pastos anuales y perennes, hierbas de hoja ancha y especies leñosas) en ambientes agrícolas, forestales y paisajísticos. El uso de herbicidas había evolucionado hacia sustancias cada vez más selectivas a fin de evitar los daños que éstos producen al conjunto de la biota. Sin embargo, debido al progresivo encarecimiento de su investigación y desarrollo, se retornó al consumo masivo de este herbicida no selectivo creado en la década de 1960.

El glifosato ejerce su acción herbicida a través de la inhibición de una enzima, enol-piruvil-shikimato-fosfato-sintetasa (EPSPS), impidiendo así que las plantas elaboren tres aminoácidos aromáticos esenciales para su crecimiento y supervivencia. Debido a que la ruta metabólica del ácido shikímico no existe en animales, la toxicidad aguda del glifosato es baja. El glifosato puede interferir con algunas funciones enzimáticas en animales, pero los síntomas de envenenamiento sólo ocurren con dósis muy altas. Sin embargo, los productos que contienen glifosato también contienen otros compuestos que pueden ser tóxicos.

Todo producto pesticida contiene, además del ingrediente "activo", otras sustancias cuya función es facilitar su manejo o aumentar su eficacia. En general, estos ingredientes, engañosamente denominados "inertes", no son especificados en las etiquetas del producto. En el caso de los herbicidas con glifosato, se han identificado muchos ingredientes "inertes". Para ayudar al glifosato a penetrar los tejidos de la planta, la mayoría de sus fórmulas comerciales incluye una sustancia química surfactante. Por lo tanto, las características toxicológicas de los productos de mercado son diferentes a las del glifosato solo. La formulación herbicida más utilizada (Round-Up) contiene el surfactante polioxietileno-amina (POEA), ácidos orgánicos de glifosato relacionados, isopropilamina y agua.

La siguiente lista de ingredientes inertes identificados en diferentes fórmulas comerciales en base a glifosato se acompaña con una descripción clásica de sus síntomas de toxicidad aguda. Los efectos de cada sustancia corresponden, en algunos casos, a síntomas constatados en el laboratorio mediante pruebas toxicológicas a altas dosis. La mayoría de síntomas se compiló a partir de informes elaborados por los fabricantes de las diferentes fórmulas.

  • Sulfato de amonio: Irritación ocular, náusea, diarrea, reacciones alérgicas respiratorias. Daño ocular irreversible en exposición prolongada.
  • Benzisotiazolona: eccema, irritación dérmica, fotorreacción alérgica en individuos sensibles.
  • 3-yodo-2-propinilbutilcarbamato: Irritación ocular severa, mayor frecuencia de aborto, alergia cutánea.
  • Isobutano: náusea, depresión del sistema nervioso, disnea.
  • Metil pirrolidinona: Irritación ocular severa. Aborto y bajo peso al nacer en animales de laboratorio.
  • Acido pelargónico: Irritación ocular y dérmica severas, irritación del tracto respiratorio.
  • Polioxietileno-amina (POEA): Ulceración ocular, lesiones cutáneas (eritema, inflamación, exudación, ulceración), náusea, diarrea.
  • Hidróxido de potasio: Lesiones oculares irreversibles, ulceraciones cutáneas profundas, ulceraciones severas del tracto digestivo, irritación severa del tracto respiratorio.
  • Sulfito sódico: Irritación ocular y dérmica severas concomitantes con vómitos y diarrea, alergia cutánea, reacciones alérgicas severas.
  • Acido sórbico: Irritación cutánea, náusea, vómito, neumonitis química, angina, reacciones alérgicas.
  • Isopropilamina: Sustancia extremadamente cáustica de membranas mucosas y tejidos de tracto respiratorio superior. Lagrimeo, coriza, laringitis, cefalea, náusea.
Toxicidad y efectos indeseables:

Toxicidad aguda: La Agencia de Protección Medioambiental (EPA) ya reclasificó los plaguicidas que contienen glifosato como clase II, altamente tóxicos, por ser irritantes de los ojos. La Organización Mundial de la Salud, sin embargo, describe efectos más serios; en varios estudios con conejos, los calificó como "fuertemente" o "extremadamente" irritantes. El ingrediente activo (glifosato) está clasificado como extremadamente tóxico (categoría I).

Las fórmulas conteniendo glifosato producen mayor toxicidad aguda que el glifosato solo. La cantidad de Round-Up (glifosato + POEA) requerida para ocasionar la muerte de ratas es tres veces menor que la de gifosato puro. En cuanto a las formas de exposición, la toxicidad de ambas presentaciones (glifosato puro, fórmulas compuestas) es mayor en casos de exposición dérmica e inhalatoria (exposición ocupacional) que en casos de ingestión.

En humanos, los síntomas de envenenamiento incluyen irritaciones dérmicas y oculares, náuseas y mareos, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea, reacciones alérgicas, dolor abdominal, pérdida masiva de líquido gastrointestinal, vómito, pérdida de conciencia, destrucción de glóbulos rojos, electrocardiogramas anormales y daño o falla renal.

Son frecuentes los accidentes laborales con agroquímicos en todo el mundo. Según un reciente estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud, de un total anual mundial de 250 millones de accidentes laborales, 335.000 fueron accidentes mortales. 170.000 de estas muertes ocurrieron en el sector agrícola, resultando en una tasa de accidentes mortales dos veces mayor que las de cualquier otra actividad.

Siendo habitual la exposición laboral a altas dosis de estas sustancias, debería protegerse en forma especial a los aplicadores del producto a los cultivos en lugar de seguir insistiendo las empresas productoras en su argumento respecto de la baja toxicidad del glifosato.

Estudios realizados por científicos independientes han demostrado que el glifosato ha sido erróneamente calificado como "toxicológicamente benigno". La revisión de la toxicología del glifosato conducida por un equipo norteamericano de científicos independientes, Northwest Coalition for Alternatives to Pesticides (NCAP), identificó efectos adversos en todas las categorías estándar de estudios toxicológicos (subcrónicos, crónicos, carcinogenéticos, mutagénicos y reproductivos). Los hallazgos de la NCAP fueron cuestionados mediante el argumento de que estos efectos se constataron debido a que el estándar protocolar exige hallar efectos adversos a la mayor dosis estudiada. Sin embargo, un trabajo sobre glifosato publicado en noviembre de 1998 por Caroline Cox, editora del Journal of Pesticide Reform, describe efectos adversos que no resultaron de este requerimiento: todos fueron constatados a dosis menores a la mayor dosis estudiada.

Por otro lado, los estudios toxicológicos sobre el glifosato requeridos oficialmente para su registro y aprobación han sido asociados con prácticas fraudulentas. En 1976, una auditoría realizada por la EPA descubrió serios errores y deficiencias en estudios conducidos por uno de los más importantes laboratorios norteamericanos involucrados en la determinación toxicológica de pesticidas previa a su registro oficial. La EPA acusó públicamente a Industrial Biotest Laboratories (IBT), laboratorio que condujo 30 estudios sobre glifosato y fórmulas comerciales en base a glifosato (entre éstos, 11 de los 19 estudios realizados respecto de su toxicidad crónica), de falsificación rutinaria de datos y omisión de informes sobre incontables defunciones de ratas y cobayos. La EPA denunció el episodio con 7 años de demora (1983) y escasa repercusión mediática. Sin embargo, informes del Comité de Operaciones Gubernamentales del Congreso norteamericano y sumarios de la Oficina de Pesticidas y Sustancias Tóxicas de la EPA confirman detalladamente la fraudulencia y pobre calidad científica de los estudios de IBT.

Además, la EPA denunció en 1991 que Craven Laboratories, empresa que condujo determinaciones para 262 compañías fabricantes de pesticidas, había falsificado estudios, recurriendo a "trucos" tales como falsificar anotaciones de registros de laboratorio y manipular manualmente el equipamiento científico para que éste brindara resultados falsos. Estudios sobre residuos de Round-up en papas, uvas y remolachas fueron parte de las pruebas cuestionadas. En 1992, el dueño de Craven Laboratories y tres de sus empleados fueron declarados culpables de 20 diferentes causas penales. El dueño fue sentenciado a 5 años de prisión y una multa de 50.000 dólares; la multa para Craven Laboratories fue de 15,5 millones de dólares. Pese a que los estudios toxicológicos del glifosato identificados como fraudulentos ya han sido reemplazados, estos hechos arrojan una sombra de dudas sobre la totalidad de los procedimientos oficiales de registro de pesticidas.

Toxicidad subcrónica: En estudios a mediano plazo con ratas, el glifosato produjo lesiones microscópicas de las glándulas salivales en todo el espectro de dosis ensayado. También se constató aumento de dos enzimas hepáticas, disminución del incremento de peso normal, diarrea y aumento de niveles sanguíneos de potasio y fósforo.

Toxicidad crónica: Estudios a largo plazo con animales demuestran que el glifosato es tóxico. Con dosis altas en ratas (900-1.200 mg/kg/día), se observó disminución del peso del cuerpo en hembras, mayor incidencia de cataratas y degeneración del cristalino y mayor peso del hígado en machos. En dosis bajas (400 mg/kg/día), ocurrió inflamación de la membrana mucosa estomacal en ambos sexos. Estudios en ratones con dosis altas (alrededor de 4.800 mg/kg/día) mostraron pérdida de peso, excesivo crecimiento, posterior muerte de células hepáticas e inflamación renal crónica en machos; en hembras, excesivo crecimiento de células renales. A dosis bajas (814 mg/kg/día), se constató excesiva división celular en la vejiga urinaria.

Efectos cancerígenos: Los estudios científicos públicamente disponibles fueron todos conducidos por o para sus fabricantes. La EPA clasificó inicialmente al glifosato como clase "D" (no clasificable como carcinógeno humano). Posteriormente, a comienzos de la década de 1990, lo ubicó en clase "C" (Posible carcinógeno humano). Actualmente lo clasifica como Grupo E (evidencia de no carcinogénesis en humanos) ante la falta de evidencias según la información disponible. Sin embargo, la controversia respecto del potencial cancerígeno del glifosato todavía continúa.

En sucesivos estudios realizados desde 1979 se encontró: Incremento en tumores testiculares intersticiales en ratas machos a la dosis más alta probada (30 mg/kg/día), incremento en la frecuencia de un cáncer de tiroides en hembras; incrementos relacionados con la dosis en la frecuencia de un tumor renal raro; incremento en el número de tumores de páncreas e hígado en ratas machos. La EPA no relacionó ninguno de estos tumores con el glifosato: consideró que las estadísticas no eran significativas, que no era posible definir los tumores tiroideos como cáncer, que no había tendencia que lo relacionara con la dosis o que no había progresión a la malignidad.

Las dudas sobre el potencial carcinogenético del glifosato persisten, porque este ingrediente contiene el contaminante N-nitroso glifosato (NNG) a 0.1 ppm o menos, o este compuesto puede formarse en el ambiente al combinarse con nitrato (presente en saliva humana o fertilizantes), y se sabe que la mayoría de compuestos N-nitroso son cancerígenos. Adicionalmente, en el caso del Round-up, el surfactante POEA está contaminado con 1-4 dioxano, el cual ha causado cáncer en animales y daño hepático y renal en humanos. El formaldehido, otro carcinógeno conocido, es también producido durante la descomposición del glifosato.

Un estudio reciente, publicado en el Journal of American Cancer Society por eminentes oncólogos suecos, reveló una clara relación entre glifosato y linfoma no Hodgkin (LNH), una forma de cáncer. Los investigadores sostienen que la exposición al herbicida incrementa los riesgos de contraer LNH y, dado el creciente aumento de su uso mundial (en 1998, 112.000 toneladas) desde que se hizo este estudio, urge la necesidad de realizar nuevos estudios epidemiológicos. El hallazgo se basó en un estudio/control de casos poblacionales conducido en Suecia entre 1987 y 1990. Sus autores concluyeron que "la exposición al herbicida incrementa el riesgo de padecer LNH". El aumento en la incidencia de este cáncer detectado en las últimas décadas en países occidentales, ahora también se está viendo en muchos otros países. Según la American Cancer Society, tal incremento alcanzó, desde 1970, la alarmante cifra de un 80%.

Por otro lado, un un informe publicado el 1 de agosto de este año en el boletín digital del Institute of Science in Society de Inglaterra, el Profesor Joe Cummins revela que el alerta sanitario reciente respecto de la presencia de acrilamida tóxica en alimentos cocidos está relacionado causalmente con el glifosato, el herbicida que es tolerado por las cultivos transgénicos más difundidos, tales como la soja Round-Up Ready.

La acrilamida es el ladrillo para la construcción del polímero poliacrilamida, un material muy conocido en los laboratorios de biología molecular por su uso como gel matricial para descomponer fragmentos de ADN en el análisis de secuencias y la identificación de proteínas, procesos que se realizan bajo la influencia de campos eléctricos. A nivel mundial, la poliacrilamida se utiliza en la purificación de aguas para flocular la materia orgánica en suspensión. Recientemente, la Organización Mundial de la Salud convocó a una reunión a puertas cerradas para examinar el hallazgo de niveles significativamente altos de acrilamida en vegetales cocidos. El hallazgo tuvo una repercusión masiva porque la acrilamida es un potente tóxico neural en humanos y también afecta la función reproductiva masculina y causa malformaciones congénitas y cáncer en animales. Los informes de prensa de esa Organización trasuntaron que el hallazgo de acrilamida fue sorpresivo y dedujeron que la contaminación surgió probablemente por la cocción de los vegetales.

Extrañamente, las gacetillas informativas de la Organización Mundial de la Salud no mencionaron el hecho de que la poliacrilamida es un reconocido aditivo de productos herbicidas comerciales (soluciones al 25-30%), agregado para reducir la deriva en el rociado y actuar como surfactante. Los herbicidas en base a glifosato de la corporación Monsanto (por ejemplo, el Round-Up) constituyen un particular motivo de inquietud, ya que el herbicida interactúa con el polímero. La experimentación demostró que el calor y la luz contribuyen a la liberación de acrilamida a partir de la poliacrilamida, y se descubrió que el glifosato influye en la solubilidad de la poliacrilamida, razón por la cual se aconsejó sumo cuidado al mezclar estas dos sustancias.

Las evidencias parecen indicar con precisión que la acrilamida es liberada por la poliacrilamida ambiental, cuya fuente principal se halla en las fórmulas herbicidas en base a glifosato. La cocción de vegetales que han estado expuestos al glifosato utilizado en cultivos transgénicos tolerantes a herbicidas, o usados durante la preparación del suelo en cultivos convencionales resultaría en una adicional liberación de acrilamida. La situación se ve empeorada por el hecho de que, en los EE.UU., los aditivos tipo poliacrilamida se consideran "secreto comercial" y la información sobre la composición de las fórmulas herbicidas no están al alcance del público.

Acción mutagénica: Ninguno de los estudios sobre mutagénesis requeridos para el registro del glifosato ha mostrado acción mutagénica. Pero los resultados son diferentes cuando los estudios se realizan con formulas comerciales en base a glifosato: en estudios de laboratorio con varios organismos, se encontró que el Round-Up y el Pondmaster (otra formulación) incrementaron la frecuencia de mutaciones letales recesivas ligadas al sexo en la mosca de la fruta; el Round-Up en dosis altas, mostró un incremento en la frecuencia de intercambio de cromátidas hermanas en linfocitos humanos y fue débilmente mutagénico en Salmonella. También se reportó daño al ADN en pruebas de laboratorio con tejidos y órganos de ratón.

Efectos reproductivos: En pruebas de laboratorio con ratas y conejos, el glifosato afectó la calidad del semen y la cantidad de espermatozoides. Según la EPA, exposiciones continuadas a residuos en aguas en concentraciones superiores a 0.7 mg/L pueden causar efectos reproductivos en seres humanos.

Contaminación de alimentos: El peso de las actuales evidencias científicas permite aseverar que la incidencia y severidad de diversos tipos de cáncer, malformaciones congénitas y trastornos neurológicos sería mucho menor si la población no estuviera expuesta a pesticidas a través de la dieta, el agua y el hábitat.

En cualquier país cuyo sistema preventivo sanitario se precia de cuidar realmente la salud de la población, los límites máximos de residuos de pesticidas en los alimentos son vigilados estrictamente. El objetivo de este control es asegurar que los niveles de residuos se mantengan tan bajos como sea posible, reconociendo que ciertos sectores de la población, tales como los niños y los ancianos, pueden poseer una susceptibilidad incrementada y notando que cualquier pesticida puede utilizarse simultáneamente en más de un cultivo. Estudios conducidos por la EPA para evaluar la magnitud de exposición no laboral a pesticidas entre la población general, concluyen que la exposición dietaria es la ruta que genera el mayor impacto.

La exposición dietaria ocurre a través del consumo de alimentos domésticos e importados conteniendo residuos de pesticidas y de la ingestión de agua potable contaminada. La mayoría de expertos sostiene que los residuos de pesticidas en la dieta plantean un muy modesto riesgo para el individuo promedio. El término "promedio" significa una persona adulta, con un estado de salud razonable, que consume una dieta razonablemente apropiada, y que no tiene una predisposición genética, sanitaria o medioambiental ni factores de riesgo inusuales que incrementen su vulnerabilidad a la enfermedad. Esta definición corresponde a aproximadamente dos tercios de la población. Para el otro tercio, los residuos de pesticidas en la dieta incrementan los riesgos de padecer diversos problemas de salud.

Hasta el advenimiento de los cultivos transgénicos tolerantes al glifosato, el límite máximo de glifosato residual en soja establecido en EE.UU. y Europa era de 0,1 miligramos por kilogramo. Pero a partir de 1996, estos países lo elevaron a 20 mg/kg, un incremento de 200 veces el límite anterior. Semejante aumento responde a que las empresas productoras de glifosato están solicitando permisos para que se apruebe la presencia de mayores concentraciones de glifosato en alimentos derivados de cultivos transgénicos. Monsanto, por ejemplo, ya fue autorizado para un triple incremento en soja transgénica en Europa y EE.UU. (de 6 ppm a 20 ppm).

Estos vestigios de glifosato y sus metabolitos en la soja transgénica están presentes también en alimentos elaborados en base a la leguminosa. Los análisis de residuos de glifosato son complejos y costosos, por eso no son realizados rutinariamente por el gobierno en Estados Unidos (y nunca realizados en Argentina). Pero existen investigaciones que demuestran que el glifosato puede ser absorbido por las plantas y concentrarse en las partes que se usan como alimento. Por ejemplo, después de su aplicación, se ha encontrado glifosato en fresas, moras azules, frambuesas, lechugas, zanahoria y cebada. Según la Organización Mundial de la Salud, su uso antes de la cosecha de trigo para secar el grano resulta en "residuos significativos" en el grano; el afrecho contiene residuos en concentraciones 2 a 4 veces mayores que el grano

Conclusiones:

Merece ser examinado un riesgo adicional para la salud humana planteado por la utilización de este tipo de herbicidas en base al glifosato: nuestra sociedad no ha desarrollado ninguna política o aparato para restringir efectivamente la competitiva carrera biotecnológica, o para regular apropiadamente sus productos o para guiarlos hacia rumbos más seguros o productivos. Esta deficiencia se relaciona también con la falta de criterio científico en la toma de decisiones y en el establecimiento de estándares en la reglamentación sobre bioseguridad. Es el riesgo sanitario resultante de la estrategia implementada por la industria de la transgénesis (basada en la ingeniería genética) para minimizar en el público los miedos ante los diversos riesgos aquí analizados y lograr rápidamente que la gente se acostumbre a comer alimentos transgénicos, una estrategia que en Argentina hoy se materializa bajo la forma de un plan denominado "Soja Solidaria".

Junto con la ayuda alimentaria de enormes raciones de soja elaborada como milanesa, hamburguesa, albóndiga, fideo, raviol, leche, yogur, y queso "de soja", ahora, casi 17 millones de argentinos empobrecidos y hambrientos también recibirán su dosis masiva de glifosato.... La implacable estrategia comercial de la industria nos permite anticipar cómo ésta visualiza su camino hacia un próspero futuro.... a costa de la salud de millones de personas ni siquiera todavía informadas de la existencia de este tipo de productos.

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* Dr. Jorge Kaczewer

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