domingo, 4 de octubre de 2020

CONTRA LA IMPLANTACIÓN DE MACROGRANJAS EN COMARCA DE LA RIBERA DEL DUERO BURGALESA

Peñaranda de Duero ya tiene una ordenanza muy restrictiva para la implantación de nuevas macro-granjas porcinas en su territorio, pero aún así, ahora están llegando a su fin las iniciativas aceptadas en el pasado y que pueden saturar nuestro municipio nuestro aire y hasta el agua que consumimos.

Por eso desde Campiña Verde nos sumamos a esta iniciativa y la vamos a promover tanto como asociación medioambiental como llegando al Pleno municipal para que secunde este escrito a la Delegación territorial de la Junta.

Si deseas colaborar y poner tu granito de arena en esta lucha para mantener Peñaranda de Duero limpio de industrias que no generan empleo pero sí residuos tóxicos, copia el texto en tu correo electrínico y envíalo al servicio de información de la Junta de Comunidades de Castilla y León. O registralo en cualquier oficina de la Junta.

SR. DELEGADO TERRITORIAL DE LA JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN EN BURGOS.

C/ Juan de Padilla, s/n. C.P.: 09006 Burgos.


Asunto: CONTRA LA IMPLANTACIÓN DE MACROGRANJAS EN COMARCA DE LA RIBERA DEL DUERO BURGALESA.


D. José Palacio Cantos con domicilio a efectos de notificaciones en la calle del Río 47 de Peñaranda de Duero, 09410 BURGOS


EXPONE:

Que en vista a la proliferación de nuevas explotaciones porcinas en el Boletín Oficial de Castilla y León y ante los graves perjuicios ambientales y socioeconómicos que podrían tener, además de la más que posible ilegalidad en cuanto a la implantación de las mismas, por dichos motivos y haciendo uso de mis derechos formulo las siguientes

CONSIDERACIONES:

Primera: Dentro de los principios rectores de la política social y económica, la Constitución Española establece en su artículo 45 el derecho y el deber de conservar el medio ambiente. La doble vertiente de este principio se constituye no sólo en un derecho que ha de ser preservado, sino también en una obligación que cualquier administración pública y ciudadano tiene que poner en práctica. 

De la misma manera el artículo 43 reconoce el derecho a la protección de la salud, cuya tutela depende de los poderes públicos.

Segunda: La proliferación y ubicación de macrogranjas de cerdos es la peor posible, ante los diferentes valores patrimoniales que atesora la ribera del Duero Burgalesa. Cualquier escape o filtración de purines, basuras u otros contaminantes puede comprometer muy seriamente la salud y la calidad de vida de los ciudadanos.

Tercera: Los escapes y filtraciones son más que posibles por la sencilla razón de que ya se han producido, y no de manera puntual, sino de forma casi asidua durante los veinte últimos años en diferentes macrogranjas en nuestra Comunidad Autónoma, a través del almacenamiento de las basuras porcinas directamente sobre el suelo o por grandes escapes líquidos altamente contaminantes. Ante tal evidencia debería aplicarse el principio de precaución y prevención, porque de haberse aplicado este principio jamás se hubiera permitido la instalación de macrogranjas al comprometer la salud de miles de habitantes.

Cuarta: Los olores son insufribles en muchas ocasiones para la localidad en donde se implantan estas macrogranjas, no hay más que pasarse, a modo de ejemplo, por la carretera BU-923 que une La Vid con Peñaranda de Duero. Aunque parezca algo secundario el olor es una de las percepciones que recibimos con mayor nitidez y, qué duda cabe, que la pestilencia en el aire en determinados momentos es muy mal recuerdo y una mala carta de presentación para el visitante o para el turista. Los malos olores, por desgracia, ya perjudican de manera evidente el futuro de la ribera del Duero burgalesa y pueden afectar negativamente a muchos negocios como el del afamado del vino, además del turismo.

De la misma forma, los malos olores también se producen al trasladar y esparcir los excrementos por las tierras circundantes, por lo que, actualmente, son ya demasiados los días en los que el aire es fétido y desagradable como para, encima, aumentar el número de cerdos existentes actualmente, cosa que hará también ascender su volumen de excrementos.


Quinta: Las basuras en forma de estiércol y purines contaminan por nitratos el suelo y el acuífero del que se abastecen de agua potable multitud de municipios. Existe pues una falta de transparencia que afecta a los derechos de los vecinos de todos los municipios afectados que debe tener efectos legales invalidantes.


Como se observa en el mapa, la masa aluvial del Duero-Tordesillas presenta una evaluación del estado químico y global de la masa calificado como malo en el Plan hidrológico de la parte española de la D.H.Duero (2015-2021). En dicho plan también se pone de manifiesto la creciente demanda de agua por actividad ganadera que igualmente repercute negativamente tanto en las masas de agua superficiales como subterráneas. 

Sexta: Sobre los espacios naturales y la fauna también tiene efectos muy negativos e indeseables, por la utilización en bastantes ocasiones de cebos envenenados en el exterior de la explotaciones, lo que pueden poner en riesgo la vida de especies amenazadas o en peligro de extinción, como por ejemplo, del milano real (Milvus milvus), buitre negro (Aegypius monachus), alimoche (Neophron percnopterus), alondra de ricotí (Chersophilus duponti), así como las águilas calzada (Hieraaetus pennatus) y culebrera (Circaetus gallicus), buitre leonado (Gyps fulvus), alcotán (Falco subbuteo), gavilán (Accipiter nisus), azor (Accipiter gentilis), cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) busardo ratonero (Buteo buteo), milano negro (Milvus migrans), cárabo (Strix aluco), autillo (Otus scops), mochuelo (Athene noctua), grulla (Grus grus), garza real (Ardea cinérea) o el búho real (Bubo bubo), entre otras muchas especies presentes en el territorio. Todo ello porque la mayoría de estos proyectos llevan asociados un apartado de “Desratización y control de roedores: Estos programas de desratización y control de roedores, que se realizarán de forma periódica, deben intensificarse durante el período de vacío sanitario, mediante la colocación de cebos y trampas en el exterior de las instalaciones, incluyendo todo el perímetro de la explotación. (…) Los cebos y trampas se mantendrán en buenas condiciones de uso durante la estancia de los animales en la nave.”

La colocación de trampas y cebos envenenados en un espacio tan rico en fauna puede repercutir de manera muy negativa sobre los carnívoros como la nutria (Lutra lutra), turón (Mustela putorius), tejón (Meles meles), gineta (Genetta genetta) o comadreja (Mustela nivalis), muchos de ellos amenazados o en peligro de extinción, que pueden cazar ratones, ratas, topillos, lirones, ardillas, liebres o conejos, y también palomas, tórtolas, estorninos… envenenados por estos cebos. El área también es utilizada por varias especies cinegéticas de  y aves que podrían ser víctimas de los venenos empleados tales como zorro (Vulpes vulpes), jabalí (Sus scrofa), corzo (Capreolus capreolus), liebre (Lepus granatensis), conejo (Orictolagus cuniculus), perdiz (Alectoris rufa), codorniz (Coturnix coturnix), paloma torcaz (Columba palumbus) o tórtola europea (Streptopelia decaocto), entre otras, con el agravante de que alguna de estas especies se puede dedicar al consumo humano. Igualmente podría afectar a decenas de especies de aves insectívoras presentes en las áreas donde se emplacen éstas macrogranjas. 

También al esparcir las basuras pueden poner en riesgo la supervivencia de varias especies de aves esteparias autóctonas y muy amenazadas, avutarda (Otis tarda), sisón (Tetrax tetrax), alcaraván (Burhinus oedicnemus), aguiluchos cenizo  (Circus pygargus) y pálido (Circus cyaneus), ganga ortega (Pterocles orientalis) o ganga ibérica (Pterocles alchata) entre otras más.

Séptima: Este modelo de macro explotación de ganadería intensiva no genera apenas puestos de trabajo y tampoco fija población en el medio rural, como se desprende de los datos de las muchas instalaciones implantadas en nuestra Comunidad Autónoma.

Además, con este modelo solo se mantienen los grandes, en cambio, las pequeñas explotaciones familiares que son las que realmente fijan población en los pequeños núcleos rurales, no pueden competir ni en precios ni en cantidades y tienen que irse. Por lo tanto, estas macrogranjas solo traen contaminación y aceleran la despoblación.

Entonces, se puede afirmar que las macrogranjas de cerdos son parte del problema, nunca una solución.

Octava: La permisividad de la Junta de Castilla y León en esta materia es evidente. Permite la fragmentación de proyectos sin evaluar de forma conjunta el efecto acumulativo sobre el medio que los sustenta, lo cual supone una ilegalidad a partir de los señalado en el artículo 6 (1a y b) referente al ámbito de aplicación de la evaluación ambiental estratégica recogido en la Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de evaluación ambiental. Por lo tanto debe estudiarse el efecto ponderado de la suma de todas las macrogranjas, ya que no es lo mismo los aportes de basura, mantenidos a lo largo de muchos años, al suelo, al acuífero y a los ríos, o los impactos a la flora y fauna de 2.000 cerdos que de 35.000, 50.000 o los que fueren. Desde esta perspectiva global, autorizar nuevas explotaciones o la ampliación de las existentes constituiría una grave irresponsabilidad, además de una flagrante ilegalidad porque no es un proyecto lo que se evalúa y si un Plan de instalación de macrogranjas en Castilla y León y, en el caso que nos ocupa, en la ribera del Duero.

Además tenemos la paradoja de que este modelo de macrogranjas ya ha producido el colapso del entorno natural en varias comarcas en las que se ha desarrollado con anterioridad. En la actualidad, las zonas realmente vulnerables por contaminación por nitratos de suelos y acuíferos, sobrepasan muy ampliamente las primeras que se establecieron en el año 2009 (Decreto 40/2009).

De acuerdo con el estudio “Informe de seguimiento de la contaminación de las aguas por nitratos de origen agropecuario y propuesta de designación de zonas vulnerables” realizado en 2016 por la Junta de Castilla y León, las medidas llevadas hasta el momento para el control de la contaminación por nitratos de origen agrario, “han sido poco eficientes, necesitando ser mejoradas y completadas”.

En el informe citado se reconoce que la política de declaración de “áreas vulnerables”, muy limitadas en el espacio, no ha tenido los resultados deseados, siendo necesario tomar medidas ampliando la escala geográfica. En concreto, el informe de la Junta plantea una drástica ampliación de las denominadas zonas vulnerables a la contaminación de aguas por nitratos, englobando los puntos detectados en unidades más amplias, hasta multiplicar por 10 la superficie declarada, concretamente de los 67 municipios actuales, se pasa a 716 municipios, de una superficie protegida de 2.341,57 km2 a una de 25.551,41 km2.

A pesar de reconocer que las zonas y acuíferos afectados por nitratos continúan aumentando, se sigue permitiendo el establecimiento de estas macro explotaciones porcinas, sabiendo que son las principales responsables de la contaminación.

A pesar de toda la información e informes oficiales mencionados, a las empresas peticionarias se les permite la fragmentación de los proyectos para minimizar el impacto. En el marco de este documento está clara la proliferación de macrogranjas, como posteriormente quedará acreditado (ver décima), por lo que, en ningún momento se ha tenido en cuenta la evaluación ambiental conjunta sobre el medio en que se asientan. 

Novena: Queda demostrado que el modelo de macrogranjas ya ha causado serios problemas en municipios cercanos, especialmente por la contaminación del agua de boca. Por tanto, importar, copiar o reproducir un modelo que se sabe que ya ha colapsado en otras localidades, afectando de forma muy negativa a la calidad de las aguas y al bienestar de las personas, y que, además, este modelo sea aprobado, a sabiendas, por la Junta, es una enorme falta de respeto hacia los ciudadanos de la ribera del Duero burgalesa.

Un estudio sobre ganadería dice lo siguiente: “Las nuevas prácticas pecuarias han hecho surgir explotaciones ganaderas cada vez menos dependientes de las condiciones agronómicas del medio, aunque dependientes de la importación de piensos (que además deforesta las selvas amazónicas, pulmones del planeta, añadimos nosotros). Esto ha dado lugar a una transformación de los espacios ganaderos que hoy pueden aparecer independizados de su entorno rural y acoger a una ganadería que, en unos casos, merece la consideración de aprovechamiento agrario, y, en otros, de utilidad industrial.”(Gil Olcina A. y Gómez Mendoza J., 2001).

Por otro lado, la explotación familiar suele permitir una autorregulación de la carga contaminante de los animales en la propia explotación, en la propia finca, mientras que las explotaciones intensivas deben sacar al exterior de la finca las cargas contaminantes.

De seguir autorizando este tipo de grandes granjas, la administración autonómica estará eliminando un sistema familiar que funciona, asienta población y es respetuoso con el medio que lo sostiene, para implantar un sistema de macro explotación que deteriora y colapsa el medio en el que se asienta.

Décima: A pesar de todo lo expuesto y de que desde 1984 existen estudios que advertían de una cierta contaminación por nitratos en Aranda de Duero (IGME Febrero 1984), como broma de mal gusto el mismo día en que se publicaba en el Boycl, concrétamente el 30 de junio de 2020 el DECRETO 5/2020, de 25 de junio, por el que se designan las zonas vulnerables a la contaminación de las aguas por nitratos procedentes de fuentes de origen agrícola y ganadero, y se aprueba el Código de Buenas Prácticas Agrarias, que incluye la Zona Vulnerable de ARANDA DE DUERO (ZV-AD) con un total de 11 municipios, se publicaba igualmente la RESOLUCIÓN de 18 de junio de 2020, de la Delegación Territorial de Burgos, por la que se concede autorización ambiental a la explotación porcina ubicada en el término municipal de Peñaranda de Duero (Burgos), titularidad de «Gabi y Toni, S.L.» para 3066 cerdos. Expte.: 016-19-AABU, que estaría situada a un kilómetro del principal manantial y área recreativa del municipio (fuente de Valdepisón) y sería completamente visible desde el principal monumento de la localidad, caso de su castillo roquero, actualmente centro de interpretación. Y todo ello, nuevamente a pesar de que el diario de burgos en su edición de 10 de marzo de 2020 ya exponía y alertaba de lo siguiente (https://www.diariodeburgos.es/Noticia/Z75CF3CC2-AF2C-DABB-1DBDAFDAC1DA4C58/202003/Las-granjas-porcinas-crecen-en-14500-cerdos-en-solo-un-ano), lo cual transcribimos a continuación.

Las granjas porcinas crecen en 14.500 cerdos en solo un año

ADRIÁN DEL CAMPO

martes, 10 de marzo de 2020

La comarca ribereña es la segunda de la provincia donde más han subido estas explotaciones tras la zona del Arlanza, que suma únicamente 118 animales más. Zazuar es el pueblo con mayor incremento


Una de las granjas de cerdos de la provincia de Burgos. - Foto: Patricia

El crecimiento de las granjas de cerdos es uno de los temas más comentados y discutidos en las zonas rurales del país. La comodidad que ofrece este ganado, en comparación con otros animales que precisan mayores atenciones, y la demanda de su carne, los convierten en un campo de inversión atractivo. Esa atracción está teniendo unos efectos muy llamativos en el sur de Burgos. Las explotaciones porcinas de la Ribera del Duero han crecido en 14.540 cabezas de ganado en tan solo un año. Si en 2018 la comarca contaba con 85.376 cerdos (sumando hembras de cría y animales de cebo), en 2019 la cifra aumentó hasta los 99.916 gochos, un incremento del 17%. Estos datos devuelven al sur de Burgos a la tendencia que predomina en el conjunto de la nación, ya que en el balance anterior, de 2017 a 2018, la zona redujo su cabaña porcina en 2.300 animales (la gran mayoría hembras de cría).

Con los datos ya desgranados, la Ribera del Duero se convierte en la segunda comarca de toda la provincia que más ha visto incrementadas sus granjas de cerdos durante el último periodo del que ofrece datos la Junta de Castilla y León (de 2018 a 2019). Solo le supera el territorio del Arlanza, que sumó en el mismo tramo de tiempo 118 animales más. Aquí hay que matizar que la tierra de Lerma cuenta con la mayor cabaña porcina de Burgos, con 167.439 cabezas de ganado. Esto hace que el incremento experimentado en la Ribera sea más destacable ya que en términos globales es casi idéntico al del Arlanza pero en relativos supera con creces al correspondiente a la zona de Lerma. De esta forma, mientras en el Arlanza la cabaña porcina se incrementó un 9,6%, en la Ribera casi se dobló dicha relación al alcanzar una subida del 17%.

Si se habla del resto de comarcas de la provincia (tomando como referencia la división geográfica que hace la Consejería de Agricultura y Ganadería), todas quedan lejos del crecimiento experimentado por la Ribera y el Arlanza. A estas zonas les sigue la del Pisuerga, que aumentó su número de cerdos en 5.993 más, hasta alcanzar el total de 27.314. A continuación aparecen la Demanda, con 3.407 cabezas de ganado más, hasta llegar al total de 34.827; Bureba-Ebro, 1.469 gochos más, hasta los 2.828; y Merindades, 1.271 más, hasta los 2.759. Por su parte, la zona de Páramos no ha variado su número de animales, sigue con tan solo 52, y el territorio del Arlanzón rompe la tendencia mayoritaria al descender su cabaña porcina en 149 cabezas, eso sí, la bajada es de menos del 1% y deja el total en los 15.818 cerdos.

Respecto a la Ribera del Duero, hay que destacar que el notable aumento vivido entre 2018 y 2019 en sus granjas de gochos se centra en las explotaciones dedicadas a animales de cebo (engorde para su posterior venta). Estas granjas han incrementado su número de gorrinos en 11.984 y acumulan más de las tres cuartas partes del aumento global de la comarca. Mientras, las granjas dedicadas a hembras para cría han elevado su cantidad de animales en 2.556. Una subida mucho más contenida.

Por localidades, Zazuar es el municipio ribereño donde mayor ha sido el crecimiento de la cabaña porcina. Ha sumado 2.612 cerdos en solo un año y ya cuenta con un total de 3.362. La Vid también ha vivido un fuerte aumento y ha ganado 2.432 cabezas de ganado, hasta el global de 2.972. Fuentespina es el tercer pueblo con más crecimiento. Ha incorporado 2.210 animales a una cabaña total de 4.972. En términos absolutos, Aranda sigue siendo la población con más ganado porcino, tiene 11.367 animales. Aquí también destacan Milagros y Villalba, con casi 10.000 gochos cada municipio.

Nueva explotación de 3.000 cerdos en Peñaranda. La Junta de Castilla y León ha aprobado la declaración de impacto ambiental para la apertura de una explotación de ganado porcino de cebo en Peñaranda de Duero. Este documento da el visto bueno al proyecto promovido por Gabi y Toni S.L. en el municipio ribereño, que contará con una capacidad máxima de 3.066 gorrinos.  De hecho, es este punto, su amplio volumen de animales, el que obliga a contar con la declaración ambiental. La explotación ganadera se ubicará en el paraje de Carresteba y se adapta a todas la exigencias y normativas vigente.

Precisamente el Ayuntamiento de Peñaranda aprobó hace unas semanas una nueva ordenanza para regular las granjas de cerdos. En el texto se recogen diferentes limitaciones, como que las explotaciones no puedan estar a una distancia inferior a un kilómetro del casco urbano, la nueva granja estará a 1,4 km, o que no se puedan esparcir purines como fertilizante de junio a septiembre, algo que también se recoge en la declaración ambiental de la futura finca.

El objetivo del Ayuntamiento con esta nueva ordenanza es controlar la proliferación de las granjas porcinas. El proyecto explicado ya será el segundo de estas características en llegar al municipio en menos de dos años y se convertirá en la tercera explotación porcina de la localidad. Desde el consistorio tratan de controlar un posible crecimiento desmedido de estas industrias, así como sus efectos negativos para la llegada de visitantes. El proyecto de Peñaranda es seguir afianzándose como destino turístico y apostar por este sector.

El crecimiento de las granjas de cerdos es uno de los temas más comentados y discutidos en las zonas rurales del país. La comodidad que ofrece este ganado, en comparación con otros animales que precisan mayores atenciones, y la demanda de su carne, los convierten en un campo de inversión atractivo. Esa atracción está teniendo unos efectos muy llamativos en el sur de Burgos. Las explotaciones porcinas de la Ribera del Duero han crecido en 14.540 cabezas de ganado en tan solo un año. Si en 2018 la comarca contaba con 85.376 cerdos (sumando hembras de cría y animales de cebo), en 2019 la cifra aumentó hasta los 99.916 gochos, un incremento del 17%. Estos datos devuelven al sur de Burgos a la tendencia que predomina en el conjunto de la nación, ya que en el balance anterior, de 2017 a 2018, la zona redujo su cabaña porcina en 2.300 animales (la gran mayoría hembras de cría).

Con los datos ya desgranados, la Ribera del Duero se convierte en la segunda comarca de toda la provincia que más ha visto incrementadas sus granjas de cerdos durante el último periodo del que ofrece datos la Junta de Castilla y León (de 2018 a 2019). Solo le supera el territorio del Arlanza, que sumó en el mismo tramo de tiempo 118 animales más. Aquí hay que matizar que la tierra de Lerma cuenta con la mayor cabaña porcina de Burgos, con 167.439 cabezas de ganado. Esto hace que el incremento experimentado en la Ribera sea más destacable ya que en términos globales es casi idéntico al del Arlanza pero en relativos supera con creces al correspondiente a la zona de Lerma. De esta forma, mientras en el Arlanza la cabaña porcina se incrementó un 9,6%, en la Ribera casi se dobló dicha relación al alcanzar una subida del 17%.

Si se habla del resto de comarcas de la provincia (tomando como referencia la división geográfica que hace la Consejería de Agricultura y Ganadería), todas quedan lejos del crecimiento experimentado por la Ribera y el Arlanza. A estas zonas les sigue la del Pisuerga, que aumentó su número de cerdos en 5.993 más, hasta alcanzar el total de 27.314. A continuación aparecen la Demanda, con 3.407 cabezas de ganado más, hasta llegar al total de 34.827; Bureba-Ebro, 1.469 gochos más, hasta los 2.828; y Merindades, 1.271 más, hasta los 2.759. Por su parte, la zona de Páramos no ha variado su número de animales, sigue con tan solo 52, y el territorio del Arlanzón rompe la tendencia mayoritaria al descender su cabaña porcina en 149 cabezas, eso sí, la bajada es de menos del 1% y deja el total en los 15.818 cerdos.

Respecto a la Ribera del Duero, hay que destacar que el notable aumento vivido entre 2018 y 2019 en sus granjas de gochos se centra en las explotaciones dedicadas a animales de cebo (engorde para su posterior venta). Estas granjas han incrementado su número de gorrinos en 11.984 y acumulan más de las tres cuartas partes del aumento global de la comarca. Mientras, las granjas dedicadas a hembras para cría han elevado su cantidad de animales en 2.556. Una subida mucho más contenida.

Por localidades, Zazuar es el municipio ribereño donde mayor ha sido el crecimiento de la cabaña porcina. Ha sumado 2.612 cerdos en solo un año y ya cuenta con un total de 3.362. La Vid también ha vivido un fuerte aumento y ha ganado 2.432 cabezas de ganado, hasta el global de 2.972. Fuentespina es el tercer pueblo con más crecimiento. Ha incorporado 2.210 animales a una cabaña total de 4.972. En términos absolutos, Aranda sigue siendo la población con más ganado porcino, tiene 11.367 animales. Aquí también destacan Milagros y Villalba, con casi 10.000 gochos cada municipio.

Nueva explotación de 3.000 cerdos en Peñaranda. La Junta de Castilla y León ha aprobado la declaración de impacto ambiental para la apertura de una explotación de ganado porcino de cebo en Peñaranda de Duero. Este documento da el visto bueno al proyecto promovido por Gabi y Toni S.L. en el municipio ribereño, que contará con una capacidad máxima de 3.066 gorrinos.  De hecho, es este punto, su amplio volumen de animales, el que obliga a contar con la declaración ambiental. La explotación ganadera se ubicará en el paraje de Carresteba y se adapta a todas la exigencias y normativas vigente.

Precisamente el Ayuntamiento de Peñaranda aprobó hace unas semanas una nueva ordenanza para regular las granjas de cerdos. En el texto se recogen diferentes limitaciones, como que las explotaciones no puedan estar a una distancia inferior a un kilómetro del casco urbano, la nueva granja estará a 1,4 km, o que no se puedan esparcir purines como fertilizante de junio a septiembre, algo que también se recoge en la declaración ambiental de la futura finca.

El objetivo del Ayuntamiento con esta nueva ordenanza es controlar la proliferación de las granjas porcinas. El proyecto explicado ya será el segundo de estas características en llegar al municipio en menos de dos años y se convertirá en la tercera explotación porcina de la localidad. Desde el consistorio tratan de controlar un posible crecimiento desmedido de estas industrias, así como sus efectos negativos para la llegada de visitantes. El proyecto de Peñaranda es seguir afianzándose como destino turístico y apostar por este sector.

De esta información se deducen varias circunstancias que no tienen cabida en una provincia como la de Burgos y en una comarca como la de la ribera del Duero en particular, con un patrimonio histórico y natural excepcional dentro de la geografía española. Son las siguientes:

La provincia y la ribera del Duero mientras pierde población suma más y más cerdos hasta el punto que hay ya bastantes más cerdos que personas.

La contaminación por nitratos era un hecho incipiente en el pasado, lo es claramente en el presente y lo será aún más en el futuro dando lugar probablemente, si no se pone freno a la proliferación de estas macrogranjas a circunstancias como la del municipio de Lastras de Cuellar (Segovia), en donde la contaminación por nitratos impide desde hace mas de 5 años el beber agua del grifo (se abastece de agua mediante camiones cisterna), al concentrarse en esta comarca el 70% de los cerdos en esa provincia. Para más información: https://www.eldiario.es/castilla-y-leon/provincias/segovia/lastras-cuellar-pueblo-agua-potable-nitratos-cocinamos-lavamos-dientes-agua-embotellada_1_6200490.html

Si los municipios realmente quieren apostar por el turismo de calidad, caso de Peñaranda de Duero y muchos otros, está claro que aunque pongan ciertas trabas o impedimentos a la proliferación de macrogranjas mediante nuevas ordenanzas municipales, de nada sirve que desde las instancias superiores como la Junta de Castilla y León, se reconozca el problema, pero luego se de vía libre a nuevas macrogranjas. No es viable, poniendo nuevamente a Peñaranda de Duero como ejemplo, que se pase de prácticamente de la nada a tener 3 macrogranjas, o que Zazuar o La Vid sumen más de 2000 nuevos cerdos cada una en un año. Claramente el turismo es incompatible con esta actividad.

Puestos de trabajo. El cierre de empresas turísticas y de pequeñas y medianas explotaciones agroganaderas no compensa los que se pueda crear en una macrogranja, que como hemos señalado son insignificantes.

Hacinamientos como el que muestra la fotografía del Diario de Burgos dejan mucho que desear sobre las más mínimas condiciones de bienestar animal.

Deterioro viales carreteras. Queda demostrado que el tránsito de camiones de gran tonelaje, además de importantes emisiones de CO2 a la atmósfera, repercuten en el estado de las carreteras por las que transitan cuyo coste de arreglo no repercute en estas empresas, y si, en el erario público procedente de los impuestos a los que tienen que hacer frente los ciudadanos.

Por todo lo expuesto anteriormente,

SE SOLICITA:

  • PrimeroAplique el principio de prevención e informe desfavorablemente y apruebe una moratoria en la concesión de cuantas nuevas explotaciones porcinas pretendan implantarse por ser una actividad contraria al interés público.
  • Segundo: Apruebe la creación de una base de datos actualizada para vigilar de forma efectiva la disposición de los terrenos cedidos para el vertido de purines/excrementos y los posibles efectos de contaminación sobre suelos y acuíferos, controlando las posibles fugas en el almacenamiento de purines y estiércol.
  • Tercero: Que se analicen las autorizaciones en este sentido, no de forma aislada, sino de forma ponderada con otras macro explotaciones existentes para evitar el colapso del espacio en que se asientan. 
  • Cuarto: Que se revise la normativa para evitar en el futuro la implantación de macro explotaciones porcinas, o ganaderas en general, tan peligrosamente cerca de la captación para abastecer de agua potable a los habitantes de localidades cercanas.
  • Quinto: Tenga presente las consideraciones expuestas. En consecuencia de todo ello, pido que se me tenga como interesado y afectado en cuantas consideraciones al respecto se tomen al tener mi familia una vivienda en la comarca, y que se me den traslado de todas las actuaciones finalmente sean acordadas.

En Peñaranda de Duero, a 4 de octubre de 2020.

Firmado: José Palacio

CAMPIÑA VERDE PEÑARANDA


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