¿Fotovoltaicas? Las justas, a cualquier
precio NO
Planta Fotovoltaica El Casar (Valdelollanos) Foto Alten,2019
Es ya un clamor, se extiende por toda la provincia,
toda la comunidad, incluso todo el país, vienen grandes empresas que, alentadas
por la necesidad de transformación del modelo energético, tratan de acaparar el
máximo número de hectáreas para instalarse y, no nos engañemos, estas empresas están
únicamente interesadas en la oportunidad de NEGOCIO que se abre con el cambio energético.
Está claro que habrá muchos agricultores que verán en
esto su oportunidad de conseguir un contrato que les permita, a 30 años vista,
asegurar unos ingresos superiores a los que conseguirían trabajando la tierra,
pero tal vez le estén quitando la oportunidad de ganarse la vida, al cambiar
los usos de la tierra, a sus descendientes o a otras personas interesadas en vivir
de la agricultura comprando o arrendando sus tierras. A la hora de tomar
decisiones hay que tener en cuenta que la eliminación de extensas áreas de
cultivo supone un grave impacto para las actividades económicas primarias (actividad
agrícola y de ganadería extensiva) que son el motor del mundo rural.
Estas instalaciones solamente generan trabajo durante las etapas de
construcción y desmantelamiento. Durante los 25 ó 30 años de vida prevista basta
con un mantenimiento puntual y como mucho, algún puesto de vigilancia. Por otro
lado, no es difícil imaginar que la implantación indiscriminada de grandes
centrales podría contribuir a lo que ya es una realidad, el abandono del mundo
rural.
Campiña Verde, apoya el desarrollo de las energías
renovables con una razonable planificación territorial que excluya, en cada
término municipal, todas las zonas de interés medioambiental y determine claramente
las áreas que pueden acoger las instalaciones de energías limpias y la
extensión de las mismas.
Nos preocupa el futuro medioambiental, siempre hemos imaginado un cambio en la procedencia de la energía que consumimos, pero creemos que la mejor solución no pasa por la instalación indiscriminada de plantas generadoras, sino que lo primero es, a través de la optimización del consumo, determinar cuál sería la potencia necesaria a generar. Para esto, en primer lugar, habría que instalar el máximo posible de placas fotovoltaicas en edificios públicos, naves industriales y cubiertas de edificios privados con lo que se conseguiría un importante ahorro tanto energético como económico y a partir de ahí conoceríamos la demanda real de energía de cada municipio, comarca o comunidad autónoma. En definitiva, promover la reducción/optimización del consumo eléctrico (como se ha hecho con el agua) en lugar de optar por un crecimiento continuado y exponencial. La promoción de pequeñas centrales que den servicio a las poblaciones colindantes que lo requieran sería la solución, en lugar de optar por mega centrales que cubren grandes extensiones de terreno modificando el paisaje y creando una dramática fragmentación del territorio que afecta a la avifauna (principalmente esteparias y rapaces) y a la fauna en general (pérdida de hábitats, vallados que crean barreras a los desplazamientos, tendidos eléctricos....)
Planta Fotovoltaica Las Carolinas I y II
Durante años hemos realizado campañas de protección
de especies, águila imperial, buitre negro, águila perdicera..., para ahora
arrasar dramáticamente con sus lugares de campeo y alimentación como son las
zonas abiertas y de cultivos. Sin duda, son las aves esteparias las más
perjudicadas por el cambio de uso de los terrenos ya que la disminución de cultivos
de secano, que son sus hábitats naturales, las podría llevar a su desaparición
en muchas zonas del país.
Queremos resaltar desde aquí que en muchas
ocasiones las promotoras utilizan los precontratos con los agricultores como
armas de presión ante las administraciones y ayuntamientos. Las mismas llegan a
acuerdos con los propietarios de los terrenos y presentan sus proyectos,
algunos de forma indiscriminada, obviando toda problemática medioambiental y en
muchos casos omitiendo especies en sus informes ambientales para burlar los
controles.
El Casar ya dispone de cinco plantas fotovoltaicas:
Las Carolinas I y II, Las Carolinas III y IV y El Casar (colindante con la
urbanización Valdelosllanos). A pesar de la acumulación de plantas fotovoltaicas
que empezamos a sufrir, nos consta que hay muchas más hectáreas de terreno ya
con precontratos entre promotoras fotovoltaicas y agricultores.
En nuestro pueblo nos podemos enfrentar a un cambio
dramático de los usos del terreno, pasando de agricultura y ganadería a la
instalación de grandes plantas fotovoltaicas y sus vallados perimetrales.
Corremos el riesgo de que nuestro paisaje, en un futuro próximo, consista en
vallados camuflados por pantallas verdes, terrenos cerrados que limitarán las
áreas cinegéticas, de nidificación, campeo y alimentación de aves esteparias y
rapaces.
Las administraciones (autonómica y municipal) deben controlar e impulsar el desarrollo sostenible de la energía fotovoltaica protegiendo nuestras zonas de valor ambiental, nuestro paisaje, potenciando la agricultura y la ganadería extensivas como medios de vida tradicionales y actividades generadoras de empleo en el mundo rural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario