lunes, 10 de febrero de 2014

COCHES COMPARTIDOS PARA UNA MOVILIDAD SOSTENIBLE

El coche compartido o car sharing es un concepto que empieza a generalizarse en las ciudades españolas después de triunfar en algunos países europeos como Holanda, Austria o Alemania.
Y es que parece que vamos comprendiendo que tener un coche en propiedad en una gran ciudad no es la decisión más práctica, especialmente si hay opciones para disfrutar de un vehículo cuando lo necesitamos, sin necesidad de mantenerlo durante la gran cantidad de horas que pasa aparcado.
En un contexto urbano, un coche pasa aparcado el 97% de su vida útil, por ello cada vez más personas optan por el car sharing, que consiste en asociarse a una red de vehículos compartidos por los que se paga únicamente por el tiempo utilizado.
Basado en el consumo colaborativo, la filosofía del car sharing responde a la necesidad inminente de reducir coches de la circulación por motivos ecológicos relacionados con la reducción de emisiones contaminantes, así como para tener la oportunidad de convertir las grandes ciudades en lugares más habitables.
Un coche compartido quita de la circulación una media de entre 15 y 20 coches privados, al ser el mismo coche utilizado por varios usuarios.
Para un conductor que recorra menos de 1.000 km al mes, la opción del car sharing es muy rentable, además de responsable desde el punto de vista social y ecológico. Con este sistema pagas el uso del vehículo por horas y ahorras gastos fijos de un vehículo en propiedad como el seguro o el combustible.
Londres ha adoptado el car sharing con éxito. En esta ciudad el servicio existe desde hace más de diez años y cuenta con más de 150.000 usuarios de más de 2.900 coches.
Los coches en propiedad se han reducido en la capital británica en un 20% desde la aparición de esta alternativa, y un 68% de los usuarios de car sharing han abandonado la idea de comprar un coche.
En España, algunas plataformas como la madrileña Respiro han ido un paso más allá en el cuidado del medio ambiente y ofrecen coches de bajas emisiones, híbridos o eléctricos para favorecer una movilidad limpia entre sus usuarios en Madrid.
Junto a este concepto surge otro de similar planteamiento: el carpooling. En este caso, el propietario de un vehículo privado pone las plazas sobrantes de su coche a disponibilidad de alguna otra persona que realice un trayecto igual o similar.
Optando por el carpooling comparten los gastos de combustible, y además se tiene la oportunidad de conocer gente nueva haciéndole un favor al medio ambiente y a la ciudad.
Alba Sánchez Serradilla
Redacción
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